La cadena de suministro actual está marcada por el auge del comercio electrónico, el aumento del teletrabajo y el incremento de la digitalización. Un nuevo escenario en el que se hace más necesario que nunca la protección de datos y la seguridad informática o también conocida como ciberseguridad.
Los tipos de ataques informáticos más comunes en logística son, fundamentalmente, el malware, la ingeniería social, el ataque de fuerza bruta, o a explotación de la vulnerabilidad de la falsificación. Unas amenazas que, en el caso de producirse, supone una pérdida de confianza, credibilidad y de reputación para cualquier organización.
Operinter, operador logístico de carácter global, realiza cada día cientos de operaciones por todo el mundo por tierra, mar y aire. Su área de IT (Information Technology) trabaja cada día para que la seguridad, ligada a la máxima eficiencia, sea una constante.
¿Cómo evitar ataques cibernéticos?
Hay que tener presente que cuanto más integrada esté la cadena de suministro, mayor será la posibilidad de que se produzcan infracciones y ciberataques. Son varias las medidas que se pueden llevar a cabo para intentar reducir al máximo este tipo de incidencias. En primer lugar mantener la organización actualizada y asegurarse de que no haya un software obsoleto en la red de la compañía. En segundo lugar involucrar a los empleados. La mayor parte de los ataques con éxito se deben a errores humanos.
Finalmente apostar por la formación: los trabajadores de diferentes generaciones se enfrentan a nuevos programas informáticos para llevar a cabo sus labores dentro de la empresa. Siempre hay que tener en cuenta que hay que convertir a la organización en menos interesante para los hackers. Ello implica, en paralelo, mejorar la seguridad de los sistemas y la de los clientes.
El uso de las facturas electrónicas, en auge
En los últimos tiempos las empresas de transporte han invertido en procesos de digitalización para aumentar la eficiencia pero también mejorar la seguridad. En ese contexto se ha incrementado el uso de la factura electrónica, o e-facturas, que compiten con sus homólogas en papel o formato PDF. Su uso es cada vez mayor entre los actores de la cadena logística ya que reducen los períodos de cobro y mejoran la eficiencia de las organizaciones. No obstante la falta de un estándar internacional y las variaciones de los modelos existentes están dificultando una mayor implantación de este formato digital a nivel global.